jueves, 7 de octubre de 2010

Michelle Obama es la mujer más poderosa del mundo, según Forbes


Nueva York, 6 oct (EFE).- La primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, encabeza la lista de las cien mujeres más poderosas del mundo que dio a conocer hoy la revista Forbes y en cuyos primeros puestos también se encuentran rostros tan conocidos como Oprah Winfrey, Angela Merkel, Hillary Clinton y Lady Gaga.
La esposa del presidente Barack Obama ocupa el puesto más alto del listado que elabora la publicación anualmente debido a su gran popularidad entre los estadounidenses, a sus esfuerzos por reducir la obesidad infantil y por haberse convertido en "una Jackie Kennedy con un diploma de Harvard y el sentido callejero de Chicago".

"Ha hecho suya la oficina de primera dama. Está más involucrada en política que Laura Bush y, a diferencia de Hillary Clinton, se ha mantenido alejada de la política dura", dijeron los responsables de Forbes, que destacaron cómo sus presiones llevaron a compañías como Coca-Cola o Kellogg's a reducir las calorías en sus productos.

La segunda mujer más poderosa del mundo es la estadounidense Irene Rosenfeld, consejera delegada del grupo alimenticio Kraft Foods, tras la que se situaron la presentadora estadounidense Oprah Winfrey, la canciller alemana, Angela Merkel, y la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton.

Los diez primeros puestos los completan la consejera delegada de PepsiCo, Indra Nooyi (6), y la de Westpac, la australiana Gail Kelly (8), las conocidas cantantes estadounidenses Lady Gaga (7) y Beyoncé Knowles (9), así como al presentadora norteamericana Ellen DeGeneres, quien ocupa el décimo puesto.

Los responsables del ránking han dividido a las cien mujeres más poderosas del mundo por categorías como política, negocios, medios y estilo de vida, categoría en la que han incluido a las que se dedican al entretenimiento, los deportes y la moda.

Entre los personajes políticos destacan, además de Obama, Merkel y Clinton, la presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (11), la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano (13), la jueza Sonia Sotomayor (19), primera latina en llegar al Tribunal Supremo de Estados Unidos, y su compañera en ese tribunal Elena Kagan (25).

Del ámbito político latinoamericano, destaca la presencia de dos jefas de Estado latinoamericanas: Cristina Fernández de Kirchner (68), jefa del ejecutivo argentino, y Laura Chinchilla (83), presidenta de Costa Rica.

Otra suramericana, Dilma Rousseff, candidata a suceder a Luiz Inácio Lula da Silva en la presidencia de Brasil, se sitúa en el puesto 95.

En esta lista destaca la presencia de un total de 25 consejeras delegadas de empresas alrededor del mundo, entre las que, además de Irene Rosenfeld, Indra Nooyi y Gail Kelly, también se encuentran las máximas responsables de Wellpoint, Angela Braly (12), de Anglo American, Cynthia Carroll (14), y de Xerox, Ursula Burns (20), entre otras.

La española Ana Patricia Botín, presidenta de la entidad bancaria Banesto e hija del banquero Emilio Botín, es la única española en aparecer en la lista, donde ocupa el puesto 38.

En la decimoquinta posición destaca Sheila Bair, que preside la Comisión Federal de Seguros de Depósitos (FDIC) de Estados Unidos, y en la decimoséptima lo hace Mary Schapiro, que dirige la Comisión de Valores estadounidense (SEC).

Del mundo del espectáculo sobresalió la presencia en los diez primeros puestos de Lady Gaga, quien a sus 24 años es la mujer más joven de una lista en la que también están la actriz Angelina Jolie (21), la veterana artista Madonna (29), la modelo y presentadora Heidi Klum (39) y la actriz Sarah Jessica Parker (45).

Otros rostros conocidos que figuran en la lista de Forbes son la filántropa Melinda Gates (27), la reina Isabel de Inglaterra (41) y Rania de Jordania (76), la escritora de la saga "Crepúsculo", Stephenie Meyer (49), las hermanas tenistas Serena y Venus Williams, en los puestos 55 y 60.

martes, 5 de octubre de 2010

Pesa estudiar con crédito


Es valiosa la iniciativa, a escala mundial, de mantener programas de becas y crédito educativo en universidades nacionales e internacionales. Anualmente, miles de estudiantes llenan aplicaciones (y cruzan los dedos) para obtener el respaldo económico necesario con tal de echar adelante sus sueños de progreso.
Por el impulso de fundaciones y empresas públicas y privadas, los centros de educación superior en el país ofertan programas de asistencia económica, sobre todo a estudiantes de admirable rendimiento en los cursos anteriores a semestres universitarios.
Cuando obtienes la ansiada beca o pasas a ser categoría “estudiante con créditos”, la presión por cumplir los requisitos y no perder la condición es tormentosa, de acuerdo con testimonios recabados por LISTíN DIARIO.
“Para mí, lo más difícil fue el primer semestre. Era un mundo totalmente desconocido y muy complejo. Veía muy alta la nota que tenía que sacar y mantener para no perder la ayuda económica con que contaba”, narra Ana Marte, egresada reciente de la sede de la Católica Madre y Maestra.  Para salir airosa del campus donde ganó un título en Comunicación Social, la joven, oriunda de una comunidad rural del Nordeste, asegura que el calendario de exámenes aumentaba sus temores. Le sudaban las manos mientras estudiaba mucho e intentaba vencer la incertidumbre de si aprobaría o no.

La última semana en Twitter: intensa


Si bien algunas personas todavía no terminan de entender Twitter, no se puede negar su vigencia cada vez mayor en internet. 145 millones de usuarios y un promedio de 90 millones de “tweets” diarios no dan cabida a equivocaciones.
Antes de continuar, conviene citar a Romina Jorge, periodista argentina que se especializa en nuevos medios, en el sentido de que Twitter “no es una red social”, sino más bien un servicio de microblogging (blog en miniatura).
Jorge parte del concepto sociológico de red social: un conjunto de actores vinculados por una serie de relaciones que cumplen determinadas propiedades y con un fin específico. Y en Twitter “seguimos personas que no nos siguen y al revés. No es necesariamente recíproco”.
En materia, pues. La semana pasada fue muy “movida” para esta red de microblogging.
Para empezar, el pasado martes, los usuarios de Twitter comenzaron a ver cómo la red “se volvía loca” enviando mensajes incomprensibles, mientras varias páginas web anunciaban el “mayor ataque pirata” sufrido por Twitter en su historia. En las primeras horas de la tarde, la red social anunciaba en su pantalla de “estado” que el problema había sido solucionado completamente. Según el portal CNET, citado por Europa Press, el problema se debió a una vulnerabilidad que permitía que, al introducir algo de código JavaScript en una URL tuiteada, se generara un mensaje especial.
Una vez que otro usuario pasara el ratón por encima de dicho mensaje, se abría un ‘pop up’ sin necesidad de hacer clic y además volvía a reenviarse, por lo que podía propagarse a gran velocidad.
Otro efecto era que, al entrar en la web, la imagen quedaba congelada con varios colores y empezaba a redirigir a los internautas a otros sitios, entre ellos páginas de contenido pornográfico.
Al día siguiente, un joven australiano de 17 años, Pearce Delphin, se atribuía la “hazaña” que afectó a millones de usuarios, incluida la oficina del presidente Barack Obama.
Delphin explicó que quiso probar un código de abrir ventanas “pop-up” cuando se pasa el cursor sobre el mensaje, pero luego alguien modificó el código, creó un gusano que se reproduce por sí mismo y dirigió a los usuarios a web pornográficas. 
OTRO ATAQUE EL DOMINGO POR LA TARDE
Menos de una semana después de sufrir un gran ataque informático, Twitter volvió a quedar en evidencia por una vulnerabilidad del servicio.

El fallo tuvo lugar a últimas horas del domingo. Miles de usuarios comenzaron a ver cómo otros “twitteros” enviaban multitud de mensajes en los que manifestaban gustos zoofílicos.
El “tweet” iba seguido por otro en el que podía leerse “WTF” (siglas en inglés de “what the f...”) y un enlace. Al hacer click sobre el link, el usuario se convertía de inmediato en un nuevo propagador involuntario de la citada broma de mal gusto.