La XX Cumbre Iberoamericana arrancó ayer sin siete de los jefes de Estado y de gobierno invitados a esta reunión anual, además del de Honduras, que fue excluido, pero con todos los documentos ya consensuados.
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, presidió la inauguración oficial en el Teatro Auditorium Astor Piazzola de Mar del Plata, junto al secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, y el presidente de Portugal, Anibal Cavaco Silva, anfitrión de la anterior cumbre, celebrada en Estoril en 2009.
A la entrada del teatro, Fernández, de luto por la muerte de su esposo Néstor Kirchner, al que mencionó en el discurso inaugural, recibió uno por uno a los jefes de las delegaciones participantes en la Cumbre, que tiene como lema “Educación con Inclusión Social”.
La presidenta se refirió en el discurso inaugural al “desplome” de los países desarrollados a causa de la crisis económica y defendió la necesidad de una “nueva arquitectura global”, de un crecimiento con igualdad y trabajo, y de unas relaciones entre países basadas en criterios de “cooperación y equilibrio”.
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