martes, 5 de octubre de 2010

La última semana en Twitter: intensa


Si bien algunas personas todavía no terminan de entender Twitter, no se puede negar su vigencia cada vez mayor en internet. 145 millones de usuarios y un promedio de 90 millones de “tweets” diarios no dan cabida a equivocaciones.
Antes de continuar, conviene citar a Romina Jorge, periodista argentina que se especializa en nuevos medios, en el sentido de que Twitter “no es una red social”, sino más bien un servicio de microblogging (blog en miniatura).
Jorge parte del concepto sociológico de red social: un conjunto de actores vinculados por una serie de relaciones que cumplen determinadas propiedades y con un fin específico. Y en Twitter “seguimos personas que no nos siguen y al revés. No es necesariamente recíproco”.
En materia, pues. La semana pasada fue muy “movida” para esta red de microblogging.
Para empezar, el pasado martes, los usuarios de Twitter comenzaron a ver cómo la red “se volvía loca” enviando mensajes incomprensibles, mientras varias páginas web anunciaban el “mayor ataque pirata” sufrido por Twitter en su historia. En las primeras horas de la tarde, la red social anunciaba en su pantalla de “estado” que el problema había sido solucionado completamente. Según el portal CNET, citado por Europa Press, el problema se debió a una vulnerabilidad que permitía que, al introducir algo de código JavaScript en una URL tuiteada, se generara un mensaje especial.
Una vez que otro usuario pasara el ratón por encima de dicho mensaje, se abría un ‘pop up’ sin necesidad de hacer clic y además volvía a reenviarse, por lo que podía propagarse a gran velocidad.
Otro efecto era que, al entrar en la web, la imagen quedaba congelada con varios colores y empezaba a redirigir a los internautas a otros sitios, entre ellos páginas de contenido pornográfico.
Al día siguiente, un joven australiano de 17 años, Pearce Delphin, se atribuía la “hazaña” que afectó a millones de usuarios, incluida la oficina del presidente Barack Obama.
Delphin explicó que quiso probar un código de abrir ventanas “pop-up” cuando se pasa el cursor sobre el mensaje, pero luego alguien modificó el código, creó un gusano que se reproduce por sí mismo y dirigió a los usuarios a web pornográficas. 
OTRO ATAQUE EL DOMINGO POR LA TARDE
Menos de una semana después de sufrir un gran ataque informático, Twitter volvió a quedar en evidencia por una vulnerabilidad del servicio.

El fallo tuvo lugar a últimas horas del domingo. Miles de usuarios comenzaron a ver cómo otros “twitteros” enviaban multitud de mensajes en los que manifestaban gustos zoofílicos.
El “tweet” iba seguido por otro en el que podía leerse “WTF” (siglas en inglés de “what the f...”) y un enlace. Al hacer click sobre el link, el usuario se convertía de inmediato en un nuevo propagador involuntario de la citada broma de mal gusto.

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