Alejado ya de su esposa y del trono del golf mundial que ocupó durante años, la nueva y tormentosa vida de Tiger Woods cumple un año.
El 27 de noviembre de 2009 cambió todo. Ese día, un accidente de tráfico en las afueras de su mansión en Florida fue el detonante que expuso al mundo la doble vida de Eldrick Woods, considerado entre los mejores golfistas de la historia y el primer deportista en superar la barrera de los mil millones de dólares en ganancias.
Atendido en un hospital cercano con heridas en la cara, Woods fue dado de alta poco después, pero posteriormente se supo que el accidente ocurrió tras una disputa sentimental con su esposa, la modelo suecaElin Nordegren, quien propinó con un palo de golf varios golpes al vehículo en el que Woods trataba de escapar.
Repetidas infidelidades a Nordegren y una desenfrenada adicción al sexo salieron a la luz pública por la confesión de sus múltiples amantes, lo que manchó la imagen de perfección que había sido asociada a Woods, exquisito simulador y capaz de mantener en la penumbra sus defectos y debilidades personales.
El astro del golf se amparó primero en el silencio y la lejanía, después anunció en su página web una retirada indefinida de los campos de golf y más tarde enfrentó a los medios y admitió su culpa, y confirmó que volvería a su actividad profesional en el Masters de Augusta.
En ese "major", Woods finalizó en cuarto lugar, su mejor resultado en el año, posición que también repitió en el US Open en junio y recientemente en Tailandia y en Australia, a inicios de noviembre.
Hace pocos días y como consecuencia de su deficiente desempeño en los campos de juego, Woods perdió ante el inglés Lee Westwood el primer lugar del ranking mundial tras 281 semanas, algo más de cinco años en la cima del golf.
"El golf es un juego muy egocéntrico. Y debido a que tenía esa autonomía, pensaba que podía luchar contra todo el mundo yo solo", escribió recientemente en el semanario estadounidense 'Newsweek'. "Los dolores físicos de mi accidente se curaron hace tiempo, pero el dolor en mi alma es mucho más complicado e inquietante".
La meta inmediata de Woods será en Thousand Oaks del 2 al 5 de diciembre, donde tendrá la posibilidad de interrumpir la sequía ganadora que lo ha acompañado durante 17 torneos en la temporada.
Pero ni siquiera un espectacular triunfo en el certamen que organiza su fundación le devolvería el prestigio y la admiración que perdió en los últimos 12 meses: sus mentiras e infidelidades han causado un gran desencanto entre los que lo idolatraban.
Woods reiteró en la revista que se siente arrepentido por su separación "de los valores que le habían enseñado" y que lo llevaron a "cometer errores repetidos y elecciones terribles".
Un patrimonio inmenso
Nacido el 30 de diciembre de 1975, Woods acumula 14 "grandes", a cuatro de Jack Nicklaus, máximo ganador en la historia de la disciplina.
Con sus "putts" en los campos de golf, Woods ha obtenido más de 110 millones de dólares, pero su fortuna personal sobrepasa los 1.000 millones de dólares cuando se añaden las ganancias por conceptos de patrocinio.
Tras el escándalo, varias compañías pusieron fin a los contratos relacionados con su imagen, lo que le costó perder unos 35 millones de dólares en ingresos anuales. A pesar de ello, su fortuna mantiene total solidez, pues todavía recibe ingresos superiores a los 60 millones de dólares.
Sin embargo, después de afrontar el bochorno, arruinar su matrimonio y tener que vivir separado de sus hijos, la afectación económica es lo que menos preocupa a Woods.
"Poco a poco voy recuperando ese equilibrio en mi vida y ahora aprecio cosas que antes no tenía en cuenta", recalcó Woods. "Bañar a mi hijo Charlie, comer con él y su hermana Sam o contarles cuentos son experiencias nuevas para mí".
También reconoce que hubo una transformación. "No soy el mismo hombre que hace un año. No podré reparar totalmente el daño que hice".
Woods no podrá de nuevo "alcanzar el nivel de idolatría, fama, fortuna de antes, porque en adelante siempre existirá esa mancha", resumió Doug Shabelman, presidente de la firma de mercadeo deportivo Burns Entertainment.
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