Haití vota en unas elecciones marcadas por la epidemia de cólera, las tensiones políticas y la confusión de los votantes, con el objetivo de designar al nuevo presidente y al nuevo Parlamento que guíen la reconstrucción de este empobrecido país caribeño, duramente castigado por el terremoto del pasado mes de enero.
A pesar de las peticiones en sentido contrario de algunos candidatos, Naciones Unidas, Estados Unidos y la Unión Europea han instado a que las elecciones generales en Haití se celebren este domingo, según el plan establecido. Todos coinciden en quecuánto más se espere, peor.
Esta élite económica podría garantizar lo que muchos consideran es la última esperanza del país: la estabilidad política. Podría ser en la figura de la ex primera dama y por el momento favorita en las encuestas, Mirlande Manigat, quien ya ha avisado no obstante de "un posible fraude masivo" en los comicios, los primeros desde el devastador terremoto de enero y que se celebran en medio de una epidemia de cólera que se ha cobrado las vidas de más de 1.500 personas y que ni siquiera ha alcanzado su pico.
Enmedio del caos
Tres de los cuatro candidatos haitianos que piden el aplazamiento electoral recuerdan que los comicios "se están viendo afectadas por las protestas, por el luto y por una situación humanitaria urgente", según una misiva enviada al actual presidente del país, René Preval, que por mandato constitucional no puede presentarse a estos comicios.
En su carta, los candidatosGaraudy Laguerre, Gerard Blot y Josette Bijou advierten a Preval de que el país corre el peligro de ser "estigmatizado" a los ojos del mundo y de caer en un aislamiento que tendrá efectos "sobre el turismo, las exportaciones, la diáspora y la economía". Por ello, solicitan a las autoridades "la publicación de un plan nacional para contener la epidemia de cólera como medida previa al establecimiento de "unas correctas condiciones sociopolíticas" para la celebración de los comicios.
Frente a estas voces, Estados Unidos, Naciones Unidas y la Unión Europea apuestan por celebrar las elecciones suceda lo que suceda. "¿Cuándo las haríamos entonces?" se preguntaba el representante especial de la ONU en Haití, Edward Mullet. "¿Cuando la epidemia empeore?"
Violencia
La campaña electoral ha terminado con violencia, después de que hombres armados comenzaran a disparar durante la celebración del mítin de cierre de campaña del carismático candidato a la presidencia, el músico Michel 'Sweet Micky' Martelly, celebrado en la ciudad de Los Cayos.
Martelly se vio obligado a huir despavorido con su familia nada más escuchar los disparos. Al menos una persona resultó muerta y varias heridas, según informaron los medios locales.
Desencanto
Unas elecciones fraudulentas amenazan con poner en peligro millones de dólares de ayudaacompañados de las consiguientes inversiones extranjeras, indispensables para levantar el país.
La victoria de Manigat no está garantizada. Muchos expertos pronostica que podría ser necesaria una segunda vuelta, prevista para el 16 de enero, ya que el vencedor podría ser incapaz de obtener el mínimo necesario del 50 por ciento de los votos, una cifra que condecería su victoria directa.
Es por ello por lo que un gobierno de coalición parece la opción más apropiada. "No importa quién gane", asegura Stanley Lucas, miembro de la diáspora haitiana en Estados Unidos. "Para sacar al país de donde se encuentra, es necesaria una coalición creíble", indicó.
Los más pesimistas, como el historiador y periodista Michel Soukar, no sólo esperan "fraude y muchos problemas", sino "el germen de una nueva crisis". Realizan estos pronósticos amparados en el "historial de infortunios" que acompaña al país desde hace más de 200 años, con la obtención de su independencia en 1804 respecto de Francia, para dejar de convertirse en un país de esclavos. Una tara histórica de la que parecen incapaces de librarse.
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