Barack Obama se destaca por preocuparse de su estado físico, así que no podía empezar de otra manera el día después de Acción de Gracias: haciendo deporte. El presidente estadounidense ha jugado un partido de baloncesto con un grupo de familiares y asesores con el único objetivo de quemar las calorías consumidas durante una de las cenas más tradicionales del año en Estados Unidos. Quemó calorías, sí, pero también sufrió las consecuencias del acaloramiento del partido: un golpe en la boca por el que le tuvieron que coser con doce puntos de sutura, según ha informado la BBC.
A las 9.30 en punto salió de la Casa Blanca para dirigirse a las canchas de la base Fort McNair, a las orillas del río Potomac, en Washington, donde se llevó a cabo el partido cinco contra cinco. Entre los jugadores se encontraba Reggie Love, el asistente personal de Obama, que, al igual que el presidente, jugó al baloncesto durante su etapa universitaria en Duke. Durante el encuentro uno de los jugadores propinó un codazo accidental al presidente, que fue atendido en el consultorio médico de la Casa Blanca. Más tarde, Obama fue visto sosteniendo lo que parecía ser una bolsa de hielo contra el labio.
Tanto en el equipo del presidente como en el de sus contrincantes en el partido, que se desarrolló a puerta cerrada, se contaban miembros de la familia Obama que han viajado a Washington para pasar estas fiestas. Es frecuente que el presidente de EE UU dispute este tipo de partidos amistosos con sus colaboradores y funcionarios. Como ha admitido varias veces, su sueño de adolescencia era convertirse algún día en un jugador profesional.
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