La conciliación laboral con la vida familiar se ha convertido en una preocupación internacional que ha llevado a los países a proponer políticas y acuerdos que permitan lograrla, recuerda la empresa de capital humano Manpower en un documento elaborado a propósito del Día del Padre.
En una gran cantidad de empresas persiste una idea tergiversada del “trabajador ideal”, como que él o ella anteponga su “carrera profesional” a todo. Este tipo de trabajador es el patrón que suele seguir la mayoría de los hombres, haciendo a un lado su papel de padre y miembro de una familia.
Resulta interesante ver cómo la percepción sobre el trabajo y la familia no han cambiado al mismo ritmo con el que se ha transformado el mundo laboral. Esta situación lleva a una dualidad entre el trabajo y la familia (o la vida personal) que puede impactar negativamente en la productividad; ya que constantemente está latente en el trabajador la preocupación por la familia mientras se desempeña la jornada laboral y viceversa, generando así una incapacidad para compaginarlas.
Estos conflictos, dice Manpower, tienen como resultado un mal desempeño en la función parental, tensión psicológica, ansiedad, irritación frecuente, depresión, estrés laboral y diversos problemas psicosomáticos. También afectan a las empresas. La insatisfacción con el trabajo, el menor desempeño y compromiso con la organización, junto a mayores niveles de ausentismo y rotación, pueden ser efectos derivados de las tensiones provocadas por desempeño simultáneo de los papeles laborales y familiares.
Por lo tanto, concluye Manpower, para tener una sociedad sana se necesitan individuos integrados y familias funcionales que constituyan el pilar de todas las sociedades del mundo
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